Aprende a cultivar puerros deliciosos y aromáticos en tu propio jardín o huerto urbano con estos pasos fáciles y aptos para principiantes. Desde la preparación de la tierra hasta el momento de la cosecha, te guiaremos a través del proceso de plantación de puerros y te daremos consejos útiles para garantizar el éxito de la cosecha. Tanto si eres un jardinero experimentado como un recién llegado, este artículo es perfecto para cualquiera que desee añadir puerros frescos y sanos a su cosecha.
Preparación del suelo
Cuando se trata de plantar puerros, la preparación adecuada del suelo es crucial. Empieza por elegir un lugar bien drenado y soleado para tu lecho de puerros. Los puerros prosperan en tierra suelta y rica, así que tómate tu tiempo para eliminar los restos y las malas hierbas de la zona.
Es aconsejable trabajar la tierra hasta una profundidad de al menos 25 cm, rompiendo los terrones e incorporando una cantidad generosa de materia orgánica bien descompuesta, como compost o estiércol bien descompuesto. Esto no sólo aportará nutrientes esenciales, sino que también mejorará la estructura, la aireación y el drenaje del suelo, factores clave para el buen desarrollo de los puerros.
Una vez que el suelo esté adecuadamente preparado, es hora de realizar una prueba del pH del suelo. Los puerros prefieren un suelo entre ligeramente ácido y neutro, siendo ideal un pH entre 6,0 y 7,0. Si el nivel de pH es demasiado bajo, se puede endulzar el suelo añadiendo cal.
Por el contrario, si el nivel de pH es demasiado alto, se puede acidificar el suelo con la incorporación de materia orgánica, como musgo de turba. Asegurarse de que el suelo tiene el pH correcto favorecerá la absorción óptima de nutrientes esenciales por parte de los puerros, favoreciendo su crecimiento y desarrollo general.
Plantar semillas o plantones de puerro
Los puerros pueden cultivarse a partir de semillas sembradas directamente en el suelo, o iniciarse en el interior y trasplantarse después como plantones.
- Semillas directamente: asegúrate de que la temperatura del suelo ha alcanzado al menos 10°C (50°F) y siembra las semillas de 0,6 a 1,3 cm (¼ a ½ pulgada) de profundidad, compactando suavemente el suelo sobre ellas.
- Siembras en interior: hazlo en una bandeja para semillas, asegurándote de que las jóvenes plántulas de puerro se aclimatan gradualmente a las condiciones del exterior antes de trasplantarlas a su lugar de crecimiento definitivo. Tanto si se siembran semillas como si se trasplantan plántulas, es esencial regar el lecho inmediatamente después de la siembra para asentar la tierra alrededor de las semillas o las raíces.
Para las semillas sembradas directamente, una vez que las plántulas tengan unas 8-10 semanas y hayan alcanzado el grosor de un lápiz, estarán listas para ser trasplantadas a su posición definitiva. Cuando los trasplantes, asegúrate de que los puerros jóvenes se colocan en los hoyos de plantación a una profundidad de 20 cm (8 pulgadas), y riégalos a fondo para ayudar a que la tierra se asiente alrededor de las raíces.
Espaciado entre plantas
El espaciado adecuado es importante al plantar puerros para permitir una buena circulación del aire y espacio para que las plantas alcancen su tamaño completo. Al plantarlos, separa los puerros o los plantones 15 cm (6 pulgadas) en hileras. También es beneficioso plantar los puerros en una zanja poco profunda, llenándola gradualmente de tierra a medida que crecen para blanquear los tallos y favorecer el desarrollo del característico sabor suave.
A medida que crecen los puerros, es esencial mantener el lecho de plantación libre de malas hierbas que puedan competir con los puerros por el agua, los nutrientes y la luz. Desherbar a mano con regularidad y aplicar una capa de mantillo orgánico, como paja o virutas de madera, puede ayudar a suprimir el crecimiento de las malas hierbas y mantener un entorno de crecimiento sano para los puerros.
Riego
Los puerros necesitan un suelo constantemente húmedo para crecer de forma óptima, por lo que es importante regarlos con regularidad, sobre todo durante los periodos secos.
Cuando riegues, procura proporcionar el equivalente de al menos 2,5 cm (1 pulgada) de agua a la semana, ya sea mediante lluvia o riego suplementario.
Para ayudar a conservar la humedad del suelo y reducir la probabilidad de encharcamiento, considera la posibilidad de aplicar el agua directamente a la base de las plantas mediante una manguera de remojo o riego por goteo.
Es importante controlar los niveles de humedad del suelo para asegurarse de que permanece uniformemente húmedo pero no encharcado. Evita el riego por encima de la cabeza, ya que puede aumentar el riesgo de enfermedades foliares.
Control de las malas hierbas
Como medida preventiva, considera la posibilidad de aplicar una capa de mantillo orgánico, como paja u hojas trituradas, alrededor de las plantas de puerro. Esto no sólo ayudará a sofocar las malas hierbas existentes, sino que también impedirá la germinación de nuevas semillas de malas hierbas y conservará la humedad del suelo.
Inspecciona regularmente el lecho de plantación y retira las malas hierbas que consigan penetrar en el mantillo para reducir la competencia por los recursos esenciales y minimizar el riesgo de plagas y enfermedades.
Fertilización
Los puerros se benefician de un entorno de crecimiento fértil y de la adición de materia orgánica, por lo que resulta beneficioso regar lateralmente las plantas de puerro con compost bien descompuesto o un fertilizante equilibrado varias veces a lo largo de la temporada de crecimiento.
Opcional: cuando las plantas de puerro alcancen una altura de 15 a 20 cm (6 a 8 pulgadas), aplica una fina capa de abono orgánico o fertilizante orgánico de alta calidad a lo largo de la hilera de puerros, manteniendo el material a una distancia mínima de 5 cm (2 pulgadas) de la base de las plantas para evitar el riesgo de podredumbre del tallo y otros posibles problemas.
También puede aplicarse como abono lateral un fertilizante orgánico de liberación lenta con un equilibrio de nutrientes de 10-10-10, siguiendo las recomendaciones del fabricante en cuanto a dosis de aplicación. Esto proporcionará a las plantas de puerro un suministro constante de nutrientes esenciales, fomentando un crecimiento sano y el desarrollo de puerros sabrosos y nutritivos.
Protección contra plagas
Inspecciona regularmente las plantas de puerro para detectar cualquier signo de actividad de plagas, como follaje descolorido, agujeros en las hojas o la presencia de plagas propiamente dichas. Si se detectan plagas, considera la posibilidad de utilizar métodos naturales de control de plagas, como recoger a mano las plagas más grandes, como las orugas, y utilizar un chorro fuerte de agua para desalojar pulgones y ácaros.
Aplicar jabón insecticida, jabón potásico o aceite de neem también puede ayudar a controlar ciertas infestaciones de plagas minimizando el impacto sobre los organismos beneficiosos.
Para disuadir a las plagas, considera intercalar puerros con plantas acompañantes repelentes de plagas, como las caléndulas, que pueden ayudar a enmascarar el olor de los puerros y disuadir a los insectos plaga.
Poda de las hojas
Para favorecer el desarrollo de tallos largos y blanqueados, algunos jardineros optan por podar las hojas de los puerros a lo largo de la temporada de crecimiento. Empieza eliminando las hojas exteriores amarillentas o dañadas para mejorar la circulación del aire y la visibilidad de los tallos en desarrollo. A medida que los puerros sigan creciendo, junta y sujeta periódicamente las hojas, utilizando hilo o una pinza suave, para excluir la luz de los tallos y fomentar un mayor escaldado. Este proceso puede conducir a la producción de puerros tiernos, de sabor suave y con un deseable color pálido.
Es importante evitar aporcar la tierra alrededor de los puerros, ya que esto puede conducir a la introducción de restos en los pliegues de las hojas y aumentar el riesgo de problemas de plagas y enfermedades. Si se emplean técnicas de poda adecuadas, es posible mejorar la calidad y el aspecto de los puerros, con lo que se obtendrá una cosecha abundante y atractiva.
Cosecha
El momento de la cosecha de puerros es flexible, ya que los puerros pueden cosecharse en distintas fases de crecimiento para adaptarse al tamaño y sabor deseados. En general, los puerros pueden cosecharse en cuanto alcanzan un tamaño utilizable, normalmente de 2,5 a 5 cm de diámetro. Para prolongar el periodo de recolección, empieza cosechando los puerros jóvenes y tiernos mientras dejas que las plantas restantes continúen su crecimiento y alcancen un tamaño mayor con el tiempo.
Para cosechar, afloja suavemente la tierra alrededor de la base del puerro y agarra la planta justo por encima de las raíces. Con un movimiento giratorio, levanta con cuidado el puerro de la tierra, procurando no dañar el tallo. Una vez cosechados, los puerros pueden enjuagarse para eliminar la tierra y los restos, y guardarse en el frigorífico durante varios días. Su sabor único y suave y su textura crujiente los convierten en una adición versátil y deliciosa a una amplia variedad de platos culinarios.
Resumen
Método de plantación | Tipo de riego | Enfermedades | Poda |
A través de plantines desarrollados en semilleros o siembra directa con semillas | Podemos optar por surcos, riego tradicional con regadera o manguera y riego por goteo | Puede sufrir plagas como la cochinilla o pulgones y enfermedades producidas por hongos | Quitar las hojas externas que se vayan secando y juntar con hilos o cuerdas el resto |
Conclusión
En mi experiencia los puerros fueron uno de los cultivos más sencillos y gratificantes, los recomiendo especialmente para gente que está iniciando en el mundo del cultivo. En mi caso no necesite ni de fertilizantes ni hacer pruebas para el PH, había realizado antes otros siembras y todo había salido correcto.
Algo que debemos tener en cuenta es el riego, no debemos sobre regar las plantas, porque crearemos hongos que matar nuestra cosecha. ¡Feliz siembra!
Las principales verduras que se pueden asociar con los puerros son brócoli, col, coliflor, pimientos, zanahorias, perejil, lechugas, berenjenas, patata, apio, cebolla… y se pueden asociar con la algunas frutas como el tomate.
El riego para los puerros no debe ser excesivo, siempre que veamos la tierra seca podemos regarlos, debemos tener en cuenta que es una verdura que se desarrolla debajo de tierra y es muy propensa a pudriciones y hongos.
Desde que plantamos la semilla hasta su germinación será de 12 a 15 días y a los 60 días la podremos pasar al huerto, en total hasta realizar la cosecha serán 5 meses
Los puerros son plantas de semisombra por lo que necesitarán de 3 a 6 horas diarias de sol y sombra en las horas más calurosas del día, pues pueden sufrir daños por el sol.